
Mariel Fernández advirtió sobre el riesgo de dividir el PJ: "Si perdemos la Provincia, perdemos la Nación"
La jefa comunal de Moreno, Mariel Fernández, rompió el silencio en un momento clave para el peronismo bonaerense. Con un tono medido, pero con mensajes claros, dejó definiciones que atraviesan la interna del oficialismo sin romper del todo los equilibrios. Se alineó con el llamado a la unidad que impulsa a Cristina Fernández de Kirchner, marcó diferencias con la decisión de Axel Kicillof de desdoblar las elecciones en la provincia, pero evitó tensar más de la cuerda con el gobernador.
"Tuvimos una reunión con Cristina y tiene toda la voluntad. Me asombró su paciencia", dijo Mariel en diálogo la radio Futurock, dejando en claro que, en medio de la tensión interna, la exmandataria sigue siendo para ella su principal referente. No hizo falta nombrar a nadie para que se entendiera hacia quién apuntaba ese contraste.
En ese mismo tono, cuestionó la jugada de la gobernación de separar la elección bonaerense de la nacional: "El Gobierno bonaerense tomó una decisión que espero que se pueda seguir trabajando, que existe la voluntad de sostener un diálogo".
Aunque Mariel siempre mantuvo una buena relación con Kicillof, eligió no eludir el debate de fondo. Usó incluso sus propios argumentos económicos para señalar que, en su visión, no se justifica una estrategia electoral dividida: "Cuando escucho el análisis que hace Kicillof de la situación económica, para mí la conclusión debería ser que vamos a la elección todos juntos, no divididos", apuntó la intendenta y dirigente del Movimiento Evita.
El mensaje central fue uno solo: no hay lugar para mezquindades en un contexto de crisis. Por eso insistió con una frase que sonó un resumen de diagnóstico y advertencia: "No es una cuestión de dirigentes. Si perdemos la PBA, lo más probable es que perdamos la Nación y la posibilidad de poner Presidente en 2027".
Sin embargo, Mariel no se subió a la interna con los tapones de punta. Se posicionó con firmeza, pero sin romper. Respaldó la línea de Cristina, pidió racionalidad y dejó claro que lo que está en juego supera cualquier enojo entre referentes. Con un pie en la gestión local y otro en la rosca provincial, eligió pararse en un lugar de equilibrio entre Kicillof y Cristina, pero siempre lea a esta última.