MORÓN
  • 30/05/2025

Concejo en rebelión: la oposición de Morón le bajó el pulgar a la rendición de cuentas de Ghi

El Concejo Deliberante de Morón rechazó este jueves la rendición de cuentas del ejercicio 2024 enviada por el intendente Lucas Ghi. El expediente obtuvo 13 votos en contra y sólo 11 a favor, lo que marcó un nuevo revés legislativo para el oficialismo local, que desde diciembre no logra contener las fugas internas ni consolidar su base de sustentación.

La negativa unificada de los bloques opositores volvió a exponer la debilidad del gobierno municipal en el recinto. La Libertad Avanza, el PRO, la UCR, el ARI y Nuevo Pro Morón votaron en bloque contra la rendición. Solo Unión por la Patria y el edil Adrián Colonna, ahora referenciado con el oficialismo provincial, respaldaron el informe contable que presentó el Ejecutivo.

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El rechazo no sorprendió en el Palacio Municipal, pero dejó secuelas políticas. Fue la segunda vez en los últimos cinco años que un intendente de Morón no logró convalidar la rendición de un año de gestión. La anterior fue en 2020, cuando el bloque de Ghi hizo caer el cierre del último ejercicio de Ramiro Tagliaferro.

El informe técnico reflejó ingresos por $118.668 millones y egresos por $123.379 millones, lo que arrojó un déficit de $4.687 millones. Desde el oficialismo, el jefe del bloque de UxP, Diego Spina, explicó que buena parte de la deuda flotante –cercana a los $6.000 millones– se originó por facturas impagas del servicio de recolección de residuos. También apuntó contra la "desfinanciación" de los municipios por parte del Gobierno nacional.

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"Nos hacemos cargo del déficit. Sabemos que los Estados son deficitarios. Pero acá hubo una reducción de fondos a la Provincia y eso impactó directamente en la ejecución local", dijo Spina. Aseguró que el presupuesto ejecutado respondió a "una orientación política clara', con foco en las 'poblaciones vulnerables".

La oposición no compartió ese diagnóstico. La sesión dejó una batería de cuestionamientos a la gestión, que excedieron la discusión técnica y apuntaron al rumbo político del gobierno. "No hay respeto por el dinero de los contribuyentes", lanzó el libertario Ezequiel Tozzi, mientras que Claudio Faro (PRO Morón) denunció que el Municipio sólo ejecutó $7.000 millones de los $11.000 presupuestados para seguridad.

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Francisco Mones Ruiz (ARI) sostuvo que el déficit real fue mucho mayor: "Estamos hablando de $12.000 millones. Morón no tiene un problema de ingresos, sino de gasto político". También criticó la suba de tasas"'por encima de la inflación" y la caída de la cobrabilidad.

Silvina Samparisi (UCR) detectó "distorsiones graves entre lo presupuestado y lo ejecutado", y acusó al Ejecutivo de haber incrementado el gasto en propaganda y sueldos políticos. "Han destruido las carreras municipales. Entrar a la Municipalidad es hoy una forma de subsidiar militancia política", agregó.

Daniela Cáceres, acusó a Ghi de mostrarse en redes con móviles policiales mientras "los vecinos sufren entraderas y robos a los chicos a la salida de la escuela". Y cerró con un mensaje directo al corazón del oficialismo: "En Morón dejaron de ser prioridad los vecinos. El gobierno está sumido en una interna".

La interna a la que aludió Cáceres volvió a colarse en el recinto. Aunque el oficialismo buscó relativizar el rechazo como una "posición política", el trasfondo expuso una fragmentación que ya le costó el Presupuesto 2025 y lo dejó sin mayoría propia en el Concejo.

El voto de Adrián Colonna, ex aliado de Juntos por el Cambio, volvió a ubicarse como el único salvavidas del oficialismo. Pero no alcanzó. La alianza gobernante quedó sola, rodeada por una oposición cada vez más articulada y que, pese a sus diferencias ideológicas, parece tener una prioridad común: debilitar al Ejecutivo en un año clave.